Carl Menger critica equivocadamente a Adam Smith al hablar del crecimiento económico.
Menger, en Principios de Economía Política, dice:
No es, con todo, menos claro que la creciente multiplicación y diversificación de los medios de que puede gozar el hombre no es el efecto exclusivo de esta última circunstancia y que ni siquiera puede afirmarse que ésta sea la causa más importante del progreso económico humano, sino que, dicho con exactitud, sólo puede concebírsele como un factor de aquellas grandes repercusiones que llevan al género humano desde la rudeza y la miseria a la cultura y el bienestar.
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Así pues, el creciente conocimiento de las interconexiones causales de las cosas con su propio bienestar y el progresivo dominio de las condiciones cada vez más remotas de las mismas han elevado a los hombres del estado de rudeza y de la más profunda miseria al estadio actual de cultura y bienestar, han permitido que amplias zonas hasta hace poco habitadas por pocos hombres, que arrastraban además una vida trabajosa y miserable, se conviertan en tierras de cultivo densamente pobladas.
Como explico en un artículo sobre el crecimiento desde la teoría de la liquidez, lo que permite el crecimiento sostenible es la creación de capital intangible, que permite aumentar la demanda de inversión sin que necesariamente tengan que bajar de forma continuada los tipos de interés, pues parte del coste de oportunidad—parte de la espera—ya ha sido absorbido por los inversores anteriores, por lo que la tasa de descuento efectiva para las nuevas inversores puede permanecer constante.
Por lo que la generación de nueva información es esencial para el crecimiento constante. Pero para que esta pueda darse, es necesario que haya una división del trabajo previa. Para que Elon Musk pueda generar nuevo conocimiento sobre cómo mejorar los viajes espaciales o el transporte terrestre, es necesario que pueda especializarse en ello. Si Elon Musk tuviese que abastecerse él mismo de todo lo necesario para sobrevivir, si tuviese que realizar tareas como fabricar su propia ropa o cazar su comida, no podría especializarse en la creación de conocimiento ingenieril.
Por tanto, Menger se equivoca con su crítica a Smith. Lo esencial es la división del trabajo, con la que viene ligada la división del conocimiento y la especialización, lo que posteriormente nos permite crear nuevo conocimiento.
De hecho, Smith está de acuerdo con Menger, lo que revela tras el primer capítulo de La riqueza de las naciones.