Algo que me pregunto mucho y sobre lo que no tengo una respuesta clara es si los mercados serán más o menos volátiles con el paso del tiempo. Puedo pensar en argumentos de por qué la volatilidad de los mercados aumentará y por qué disminuirá. De hecho, eso es el objetivo de este artículo, exponer mis suposiciones y esperar que lleguen a alguien con más idea y me lo sepa explicar mejor, porque yo no lo sé.
Por un lado, con la velocidad a la que se mueve actualmente la información, las valoraciones de las distintas empresas pueden verse rápidamente afectadas por un evento. Un ejemplo de cómo los precios de las acciones reaccionaron exageradamente a las noticias lo tenemos en la caída del precio de Tesla después de que Elon Musk fumara marihuana en el podcast de Joe Rogan. Ahora tenemos una mayor cercanía que nunca a la información sobre el rendimiento de las empresas, sobre sus directivos, aficiones y opiniones y los gobernantes, sus intervenciones públicas y vidas privadas. Todo esta información nos puede volver muy optimistas con un nuevo director ejecutivo por levantar pesas1 o pesimistas con el futuro de un país por cualquier rueda de prensa de su presidente.
Por otro lado, podemos pensar que esta es una anomalía que el mercado terminará explotando, que los inversores aprenderán a no sobredimensionar el contenido de las noticias y a reaccionar correctamente a ellas. El problema con la viabilidad de este escenario lo podemos extrapolar del experimento que llevaron a cabo Vernon Smith, Gerry L. Suchanek y Arlington W. Williams para estudiar las burbujas. Las burbujas se forman por la incertidumbre sobre el comportamiento de los demás. Con el tiempo, las expectativas de los participantes de los mercados convergen, por lo que el activo burbuja reduce su precio acercándose más al valor fundamental. Algo similar podríamos pensar que pasa y pasará con la reacción a las noticias. A pesar de que haya más ruido, los inversores aprenderán a no escucharlo. No obstante, tenemos el problema de que el mercado financiero no cuenta con un número de participantes fijos: entran inversores nuevos y salen inversores experimentados todo el tiempo. Por lo que, aunque haya una tendencia al aprendizaje, esta será constantemente revertida.
También podemos pensar que los mercados serán menos volátiles porque tendremos mejores herramientas para analizarlos. No solo para realizar análisis técnico, sino para mejorar nuestro valoración de una acción independientemente del estilo de inversión que sigamos. Dicho esto, estas mejores herramientas también permitirán a más gente participar en los mercados financieros, volviendo al problema anterior. Tampoco sabemos cómo afectará la inteligencia artificial al precio de los activos financieros. Podríamos pensar que será una de estas herramientas que ayuden a analizar mejor los mercados, pero también aportará nueva información. Existe un escenario en el que la gran mayoría de las inversiones se hacen mediante aplicaciones con inteligencia artificial que saben eliminar mejor que nosotros el ruido y, por tanto, acercarse más al valor fundamental de una acción
Pero esto lo veo difícil. Invertir no es un problema técnico que pueda ser resuelto. Los mercados financieros, a diferencia del resto de la economía, sí que son un juego de suma cero. Invertir, en particular, es un intento de ser mejor que los demás. Nunca se puede hacer que todo el mercado financiero sea más racional porque, a medida que uno mejora, otro mejora y, por tanto, explota su marginal de conocimiento superior al tuyo. Lo mismo sucedería con la inteligencia artificial.
Una posible forma de saber si los mercados financieros serán más o menos volátiles sería mirar el pasado y ver la evolución de los precios de los distintos índices a lo largo del tiempo. Pero no encuentro una respuesta clara a esto. Por aquí dicen que los mercados ahora son más volátiles y por aquí que menos. Igual algún lector puede ayudarme a esclarecer esto. De todos modos, tampoco creo que el histórico de los mercados sea un buen indicador de su comportamiento futuro, especialmente cuando tantas nuevas posibilidades se abren en el mundo de las finanzas con la inteligencia artificial.2
En definitiva, no sé cómo oscilarán los precios de los activos financieros en un futuro. Mi inclinación es a pensar que sí que veremos una mayor volatilidad.
Por ejemplo, hay un índice ficticio que sigue a empresas cuyos directores ejecutivos levantan pesas, el Deadlift ETF.
Esta por ver, que no creo, si invierten mucho mejor que las personas.