Dios no existe
O por qué los argumentos racionales para justificar su existencia no funcionan
Yo no creo en Dios. Si tuviera que apostar, apostaría en contra de su existencia. Para hablar de la creencia de cada uno respecto a (un) Dios, sea el judaico, el cristiano o el musulmán—voy a centrarme en el Dios abrahámico, aunque puede que me centre más en el católico al ser el que más conozco—, me gusta usar las opciones que aparecen en la imagen de abajo.
Según esta, yo sería un gnóstico ateísta porque carezco de fe en Dios, el cual me parece el único motivo razonable para creer. Los argumentos racionales sobre la creencia de Dios están errados. La única justificación que podría tener alguien para creer, por tanto, es tener fe. Es decir, experimentar una sensación irracional de creencia en algo. Que esta sensación sea irracional, no significa que sea negativa, perjudicial o estúpida,1 sino que no está basada en deducciones lógicas ni evidencia empírica, sino en sentimientos arbitrarios. De hecho, tengo cierta simpatía por la idea de que las sociedades creyentes—según qué religiones: el catolicismo sí, el Islam no—son más virtuosas que las ateas. Creo que las religiones nacen como instituciones espontáneas para la cohesión y control social. Algunas han dado más en la clave con las normas morales que ayudan a las sociedades a progresar y otras no tanto.
Quizá alguien piense que sí que hay suficiente evidencia empírica de la existencia de Dios. Aún en el mejor de los casos aceptando que la evidencia que demuestra la existencia de personajes clave para las religiones como Jesús, esto no es prueba suficiente de que Dios existe, sino un personaje de las historias que intentan justificar su existencia. Es como si por escribir ahora una novela histórica sobre como Vasco Núñez de Balboa se encontró con el dios griego Ares en Marte, por el hecho de que Núñez de Balboa existía, lo hacía Ares. Además, desde entonces y con el desarrollo de mejores mecanismos de recopilación de datos como cámaras, no ha vuelto a aparecer ni Dios ni ningún enviado suyo capaz de hacer milagros. Tampoco creo que los argumentos de experiencias personales sirvan como evidencia suficiente. No son más que falacias anecdóticas. Aún si la persona más sincera del mundo dijese que se le ha aparecido Dios, Jesús o la Virgen, esto podría ser explicado por otros motivos (alucinaciones, estados de trance por meditación o consumo de sustancias, sueños lúcidos…). Además, las experiencias personales se pueden contradecir. Las experiencias de los musulmanes contradicen la de los católicos. Estas sí que pueden servir para convencer al que las vive, pero no deberían convencer al que las escucha. Hasta que no haya una experiencia intersubjetivamente discernible de contacto con Dios, estas pruebas no son suficientes. Si alguien cree que sí que hay suficiente evidencia empírica para creer en (un) Dios, más allá de que mucha gente lo haga y tanta gente no puede estar equivocada, estaré encantado de contemplar la idea.
A continuación voy a repasar los argumentos racionales que se dan para justificar la existencia de Dios e intentar demostrar que ninguno lo consigue satisfactoriamente. Mi objetivo no es quitarle la fe a nadie, sino intentar depurar el debate. Creo que los creyentes deberían decir “creo en Dios pero no tengo ningún motivo para hacerlo más allá de mi fe.” El debate sería más fluido—los que no creen en Dios no pueden hacer nada más salvo que respetarlo—y más sincero por su parte. Lo que sí que puede ser un efecto secundario de esta publicación es que alguien que decía creer porque los argumentos racionales le convencieron—he preguntado muchas veces si existe gente así y por ahora solo he encontrado a una persona que decía creer a pesar de no tener fe porque alguno de los argumentos que trataré aquí logró convencerle—. De ser así, no me sabrá mal que alguien deje de ser creyente, sino que me alegraré por haber ayudado a ordenar la mente de alguien.
Aquí expongo los argumentos más comunes para defender la existencia De Dios y mi contestación:
La apuesta de Pascal: Si alguien cree en Dios y Dios no existe, este sufre solo una pérdida finita, igual que si uno no cree y no existe. Pero si no crees y sí que existe, la pérdida podría ser infinita al terminar en el infierno. Y si sí que crees, entonces obtendrás una ganancia infinita en el cielo. Por lo que lo racional es creer en Dios. En primer lugar, no puedes decidir en qué crees o no. En las cosas simplemente crees o no, no te puedes forzar a ello. En segundo lugar, si Dios es omnisciente,2 de nada sirve fingir que crees. Dios sabrá que es mentira. Esto podría enfurecerle aún más y terminar en un escenario peor que si crees que no existe y existe. Viendo que existen más opciones que las que plantea Pascal, vemos como su apuesta incurre en la falacia de blanco o negro. En tercer lugar, no está claro que la pérdida si existe y crees sea infinita. Al fin y al cabo, si es un Dios omnibenevolente3 como el católico, quizá llegue a perdonarte—aunque por definición nunca tendría que castigarte—, por lo que la pérdida puede ser finita. Aún mejorando el argumento y diciendo que lo que hace falta es vivir como si Dios existiera y la pérdida no tiene que ser infinita sino finita, el argumento de que no puedes mentir a Dios se mantiene.
Además, siempre cabe la posibilidad de haber elegido creer en o vivir como si creyeses en la religión equivocada. No es por usar una falacia de autoridad, pero:
Argumento moral: Si Dios no existe, las normas morales objetivas no existen. Las normas morales objetivas existen, por lo que Dios existe. Para empezar, este argumento asume de las normas morales objetivas existen. Alguien que esgrime este argumento puede decir que las normas morales objetivas existen y que son esas que Dios dictó, pero entonces caerían en la falacia de la petición de principio. Esto sería un argumento circular. C.S. Lewis decía que no se ha demostrado que la ley moral tenga un origen natural, por lo que tendría que haber venido de un legislador supernatural—quien no tendría que ser Dios, pero imaginemos que sí—. Bien, esto sería incurrir en la falacia de la ignorancia. No conocer de primera mano un hecho no excusa realizar explicaciones infundadas alternativas. No obstante, yo me decantaría por el razonamiento de la psicología evolucionista para explicar el origen de la moral, que es al fin y al cabo un conjunto de normas que permite a animales hipersociales cooperar y competir siguiendo unas prácticas que promuevan la justicia, la paz y armonía entre los grupos. Además, aún aceptando que sí que existen las normas morales objetivas y descubribles, ¿cómo puedes asegurarte que has dado con las correctas? Hay incontables religiones,4 ¿cómo sabes que la tuya es la que ha encontrado las normas morales objetivas? Mediante prueba y error puedes llegar a un conjunto de reglas que funcione para crear cohesión y coordinación social. ¿Pero cómo puedes saber que ese es el único conjunto de reglas correcto y no un falso positivo?
Argumento ontológico: Dios es el ser más grandioso que puede pensarse. Dios existe como una idea en la mente de todos, tanto los creyentes como los no creyentes. Un ser que existe tanto en la realidad como en la mente es más grandioso que uno que solo existe en la mente. Si Dios solo existe como idea en nuestra mente, entonces podemos imaginar un ser aún más grandioso que también sea real. No podemos imaginar nada más grandioso que el ser más grandioso imaginable, por lo que Dios existe. Vamos, que el ser más grandioso que existe tiene que existir y al ser la existencia un requisito indispensable para el ser más grandioso posible, por lo que un el ser más grandioso (Dios), existe. En primer lugar, vemos la falacia de la petición de principio: la conclusión viene incluida en una de sus premisas. La primera premisa dice que el ser más grandioso posible existe, por lo que el ser más grandioso posible existe. Defiende que Dios existe tras meramente definir a Dios como existencia. Puede que el ser más grandioso posible solo sea imaginable porque por las leyes de la física de esta realidad no pueda existir, aunque sí pensarse. Puedo pensar en un objeto con movimiento perpetuo en la Tierra aunque no pueda existir. Un argumento similar sería decir: me encanta leer y lo que más ganas tengo de leer es un libro de Karl Marx defendiendo el anarcocapitalismo; si tanto lo deseo es porque existe, lo que más desea alguien no puede no existir, por lo que si el libro de Karl Marx defendiendo el anarcocapitalismo no existiera, no sería lo que más quisiera leer; por lo tanto, el libro de Karl Marx defendiendo el anarcocapitalismo existe, si no contradecía el primer punto.
Argumento teleológico: El universo/el ser humano/el proceso evolutivo es demasiado complejo como para haber ocurrido al azar. Por lo tanto el universo/el ser humano/el proceso evolutivo debe de haber sido creado por un ser inteligente. Dios es el único ser inteligente que ha podido crear el universo/el ser humano/el proceso evolutivo. Por lo tanto, Dios existe. Este argumento asume que porque algo es demasiado complejo para entender cómo surgió debe ser diseñado y no puede haber surgido de la aleatoriedad. Existe una versión más reciente del mismo, el llamado argumento del ajuste fino.
Argumento del ajuste fino: Las condiciones que permiten la vida en el universo solo pueden ocurrir cuando ciertas constantes fundamentales se encuentran en un rango muy estrecho de valores, de modo que si alguna de esas constantes fuera ligeramente diferente, el universo probablemente no sería propicio para el establecimiento y desarrollo de la materia, de las estructuras astronómicas, de la diversidad elemental o de la vida, tal como se entiende. Como es prácticamente imposible que esto ocurriese por azar sin un creador inteligente, lo más probable es que un creador inteligente exista. Este argumento incurre en la falacia de blanco o negro. Solo acepta las posibilidad de que o bien un creador inteligente o el mero azar hayan creado el universo. Podría haber una regla física que provocase la tendencia a estas constantes a presentarse en la forma en la que lo hacen. Además, esto es una falacia de la ignorancia. Como no sabes cómo pudo ocurrir, la explicación es que un Dios lo hizo.
Además, nada te garantiza que aún cambiando estas condiciones la vida no podría existir. Quizá sí pero muy diferente a cómo la conocemos. Aún pudiendo resultar algo irrisorio pensar en tipos de vida propios de la ciencia ficción, también lo es pensar en un universo con otras condiciones físicas. Pero esto no lo podemos saber. Si el universo fue creado, ¿por qué apenas hay vida en él? Parece como si no hubiese sido creado y la baja probabilidad de que emerja la vida casa con los registros de vida encontrados. ¿Por qué está tan desordenado y sus reglas tan complejas? Parece más el producto de la aleatoriedad que de un creador inteligente. Si el universo fuese diseñado inteligentemente, esperarías poder encontrarte con Dios. Como parece que no puedes, la aleatoriedad parece que explica aún mejor el ajuste fino del universo. Si, una vez más, el universo fuese diseñado, sería más problema que solo hubiese una religión que lo que tenemos ahora, lo cual es más típico de un universo sin un creador inteligente. Si el universo fue diseñado inteligentemente, que alguien me explique la existencia del PSOE y sus votantes. Si el universo fue diseñado inteligentemente, sería de esperar que los textos sagrados sirviesen como un manual de instrucciones, claro y siempre acertado. Si ese manual—el Torah, la Biblia, el Corán—contienen partes buenas, partes malas, partes desfasadas, partes obviamente ficticias, es más problema que sean la obra de personas bajo un universo sin Dios creado aleatoriamente.
Adjunto la teoría del charco:
Imagínese un charco que se levanta una mañana y piensa: «Este es un mundo interesante en el que me encuentro, un agujero interesante en el que me encuentro, me encaja bastante bien, ¿no es así? De hecho, me queda asombrosamente bien, ¡debe haber sido hecho para tenerme en él!» Esta es una idea tan poderosa que a medida que el sol sale en el cielo y el aire se calienta y que, gradualmente, el charco se hace cada vez más pequeño, sigue aferrándose frenéticamente a la idea de que todo va a estar bien, porque este mundo estaba destinado a tenerlo en él, fue creado para tenerlo en él; así que en el momento en que desaparece lo atrapa por sorpresa. Creo que esto puede ser algo a lo que tenemos que estar atentos.
Argumento cosmológico de Kalam: Todo lo que comienza a existir tiene una causa. El universo comenzó a existir. Por lo tanto, el universo tiene una causa. Aun si aceptamos esto como cierto, eso no significa que la causa sea un Dios. Puede ser un motivo aleatorio. Puede haber sido un algo y no un alguien. O puede haber sido un ser que lo creó voluntariamente y que desapareció en cualquier momento entre la creación del universo y ahora y que tampoco tuvo que ejercer como un Dios ante los mamíferos de un planeta de la vía láctea. Este argumento suele venir acompañado con la idea de que el Big Bang fue el principio de todo espacio, tiempo y materia, siendo este el principio de la causalidad, por lo que la causa del Big Bang no debe regirse por la causalidad. Pero el Big Bang, más bien, es el punto a partir del cual (mirando resprospectivamente) nuestro conocimiento de las leyes de la física carecen de sentido y no podemos comprender más en el pasado. El argumento cosmológico de Kalam no puede establecer una primera causa, y menos aún la del hacer de un Dios abrahámico.
En mi experiencia personal, los creyentes pueden usar estos argumentos para parecer más racionales, pero si rascas, terminan explicándote que es motivo de fe. Les recomiendo reducir costes de transacción y ahorrar tiempo en debates siendo claros con esto.
Al fin y al cabo, ser crédulos nos ha servido como mecanismo de defensa. Si había dos simios en la selva, uno creía haber escuchado un ruido y huía por miedo a que fuese un tigre y el otro no, el que tuviese mayor credulidad tendría más posibilidades de sobrevivir que el escéptico.
Si el Dios católico es omnisciente, ¿cómo es que hay momentos en la Biblia en los que se encuentra furioso? ¿No debería haber planeado el comportamiento de sus hijos, a los que ama eternamente? Si Dios lo sabe todo, ¿por qué es capaz Moisés de convencerle que no borre del mapa al pueblo de Israel—y eso que es un ser omnibenevolente—? ¿Qué le puede decir a Dios en ese rezo para convencerle que no supiera ya? ¿Por qué la gente reza si Dios ya sabe lo que van a decir? ¿Para qué incurrir en tales costes de transacción?
Si el Dios católico es omnibenevolente, ¿por qué Dios mata a tanta gente en la Biblia? He leído que millones de personas, pero con que fuese una ya sería un ser más inmoral que la mayoría de la humanidad. ¿Por qué Dios no crea una realidad con super abundancia de recursos para sus hijos? ¿Por qué es tan rencoroso de hacer pagar a toda la descendencia de Adán y Eva por el pecado de sus antecesores? En el colegio católico me dijeron que es porque Dios aparece en las buenas acciones de la gente cuando cosas malas suceden. Pero esto no suena muy lógico, ¿no sería mejor aparecer siempre y en todo momento haciéndonos a todos infinitamente feliz si al ser un ser omnipotente puede?
Por cierto, si eres creyente, eres ateo del 99,99% de las religiones, solo te falta dar el paso y ser ateo de una más. Para la gente creyente de cualquier otra religión, ya eres ateo.
A mí me habían recomendado un libro que válida la existencia de Dios, se llama Evidencia que exige un veredicto. No obstante, desconozco los argumentos en cuestión.
Escribí un comentario largo pero no me deja publicarlo. Te lo dejo en esta nota:
https://shrib.com/#ArboralSpinyRat6Wra9kA